No, al nivel de Cesar Vidal en sus monólogos de La Linterna no llego, ya quisiera yo, pero el título de esta entrada es una buena forma de decir que debería empezar por el principio, ¿no? Es decir, ¿qué coj…s hago yo aquí? Pues al tajo.
Sin pasarse, claro. Allá por el 2005 cursé las primeras asignaturas que me gustaron de verdad de mi carrera, ADE. El resto estaban bien, pero no me llamaban para desarrollar una carrera. Las asignaturas que me convencieron fueron Gestión Internacional de la Empresa y Economía Internacional. Es decir, Comercio Exterior.
Unos meses después, el 2 de febrero de 2006, me fui de Erasmus a Breda, Holanda. Allí descubrí varias cosas, la principal que como en casa no se está en ningún sitio. O lo que es lo mismo, mejor que España no hay nada. Pero para decir eso hay que ver mundo, para comparar, y hoy por hoy la Erasmus ha sido lo mejor y lo peor que he hecho nunca. Por último, me di cuenta de que me gustan los guiris, trabajar con ellos, y sobre todo ver su cara al oír las excelencias de España.
A la vuelta de la Erasmus me puse a trabajar. Yo ya sabía de las Becas Comex del Icex, que eran una manera de volver a viajar y además desarrollar una carrera profesional. Pero una compañera de trabajo me habló de varios organismos más que tenían programas similares, como la Cámara de Comercio/IFEMA y PromoMadrid/CEIM en Madrid. Así que me apunté a todo y por fin me cogieron en PromoMadrid-CEIM. Gracias Patri ;)
En septiembre de 2007 empecé el maldito máster de Técnico de Internacionalización de la Empresa en nuestro querido CECO. Maldito por la duración e intensidad, 298,5 horas en apenas dos meses y medio, con su correspondiente carga inhumana de trabajo, pero también interesante por el contenido, el objetivo (una plaza, un destino, el principio de una carrera) y la gente que conocí en la escuela, que fue y es lo mejor de todo. Conseguí mi plaza, y, por cosas de la vida que no alcanzo a comprender, me destinaron a Bogotá.
No voy a mentir, mi cara al enterarme de que mi destino era Bogotá tuvo que ser de premio nacional de teatro. No estaba entre ninguna de mis elecciones y la verdad es que acojonaba un algo, anda que no. Dude mucho tiempo si aceptarlo o no. Pero te paras a pensarlo y no puedes dejar de irte. Has dejado un buen trabajo, te has dejado la piel en el curso, tu gente más cercana se ha sentido ignorada (nada más lejos de mis intenciones)... ¿y todo para nada? No, no, y mil veces no.
A esto se une que toda la gente que ha estado en Colombia, como David, el TIE de Bogotá 2007, me ha hablado maravillas del país. Y, para un colombiano que conozco, se ha portado de maravilla, ayudándome con todas mis dudas y animándome en todo momento.
Pues nada, aquí estoy, conociendo el Antiguo Imperio de Ultramar y dándome al ron, cuando yo siempre he preferido el whisky. Sólo llevo seis días en Bogotá, y a la mayoría de la gente que pueda leer este blog ya le he mandado un mail explicando mis primeras impresiones, vivencias y quebraderos de cabeza. Sólo queda decir que esto es más difícil de lo que parece, y que os echo de menos.
Iré detallando mis experiencias en las próximas entradas.
El mundo es un libro, y quienes no viajan leen sólo una página (San Agustín de Hipona)
Un saludo/Rafa