viernes, 22 de febrero de 2008

Ahora hablaré del país



Que ya es hora, ¿no? Aunque con una sola entrada no creo que tenga espacio suficiente... Supongo que podré hacer una segunda parte de esta entrada. Lo mismo la comienzo con un “Previously, on Iba yo de peregrino...”

Bueno, fijaos en la imagen, que es un cacho de la ficha-país del Icex, en el dato que he redondeado con un circulito. Me imagino que habréis puesto un gepeto parecido al mío. Correcto, de casi 45 millones de personas sólo poco más del 5% se considera anciano, es decir, mayor de 65 años. Increíble-ble para alguien que viene de un país con una tasa de natalidad penosa y un porcentaje de envejecimiento de la población altísimo.

Este es un país de contrastes. Como casi no hay viejecillos, apenas se ven por la calle. De hecho, donde más he visto es en la plaza de toros. Pero, a la vez, no hay quien vea un carrito de bebé por la calle... que cosa más jarta. De todas formas, ambas cosas son normales: con la cantidad de baches que hay en la calle, llevar el carrito del bebé tiene que ser un jaleo. Y los pobres ancianos se partirían la cadera por siete sitios sin dar tres pasos más allá de su portal.

Es sólo un ejemplo. Ahí va otro: no tenéis ni idea de lo que se zampa aquí. La comida está de coña, pero la pregunta es: “¿cómo se han quedado tan bajitos estos colombianos, con lo que comen?” Teniendo en cuenta que además estamos a 2600 metros de altura, por lo que la gravedad es un pelin más baja, ¿no deberían haber crecido más? Lo mismo se debe a eso mismo, a la altura, y que aquí te cansas hasta parpadeando. Se quemará más lo que se come.

No quiero dar mala imagen del país, ni mucho menos. A casi todos os he hablado de como es Bogotá (sucia, contaminada, llena de baches, atascada a todas horas, ...) pero es lo que hay al venirte a Sudamérica. Llevan una serie de gobiernos que se han preocupado de todo menos de los baches de la calle. O que meten medidas tan interesantes como el “pico y placa”:

El pico y placa fue una idea en la Alcaldía de Antanas Mockus y que después de esta se ha venido cumpliendo en la ciudad de Bogotá con pequeños cambios. La ley de tránsito hace restricción obligatoria a automóviles particulares y de servicio publico en horarios pico, dependiendo de su último número de placa el automóvil de somete dos días a la semana no salir en horarios pico. Se pretende reducir el colapso circulatorio que se formaba en estas horas de la mañana, tarde y noche (Wikipedia)

Ahí es nada. Solución: la gente de plata tiene un coche para cada momento de pico y placa. El coleguita de mi inmobiliaria tiene 4 coches, nada más y nada menos. La industria automovilística colombiana debe dar palmas con las orejas. Con medidas así, ¿quién necesita publicidad?

El punto está ahí, en la plata. La dualidad es increíble. Quien tiene plata tiene mucha plata, quien no tiene plata es pobre. Paupérrimo. Hay una infinidad de gente que pide por la calle, o que en los semáforos venden de todo (que valor hay que tener para ponerse delante de una fila de coches colombianos). No os cuento lo que cobra la asistenta que hemos cogido porque me da hasta vergüenza, y mira que hemos decidido pagarla más de lo normal. Tenemos vigilancia privada las 24 horas, dos vigilantes al día, que se turnan cada semana para venir por la noche y que libran un día de cada quince. El otro día subió al bus (sí, iba en bus, de algo hay que morir en esta vida) un notas que nos repartió un folletín de clases de inglés. Se para al frente y se lía a explicar la página 18... y luego espera que alguien le suelte algo.

Y asín sucesivamente (homenaje a Pascual, que también le echo de menos)

En fin... que estoy encantado :) Vivo bien, tengo un trabajo que es interesante, aunque se va acumulando (es lo que tiene tener un jefe aquí y otro en Madrid), la gente es maja, las niñas bonitas, la ciudad tiene una vida increíble (lo cual hace que me sienta casi como en Madrid), la comida deliciosa y la rumba de coña. No es lo que me esperaba, desde luego, y no digo que no estaría más contento en otro destino (me cambiaba ya mismo por...). Sólo quiero dejar claro, a todo aquel al que le importo, que estoy a gusto, que es un buen país y que no hay que preocuparse, volveré a España con un poco más de polvo en las sandalias.

No te quejes del mundo, estaba aquí antes que tú (Mark Twain)

Un saludo/Rafa

lunes, 18 de febrero de 2008

Experiencia Andrés


Tengo un amigo colombiano que, aparte de apoyarme mucho para que viniera y decirme que se moría de envidia, me recomendó varios sitios. Para vivir, para salir, para comer… lo normal, si alguien viniese a España yo haría lo mismo. Poca gente vende mejor a la Madre Patria que yo. Aunque Juan Pablo no se queda corto con su Colombia… se nota que es rolo.

Entre otras cosas me dijo que no me olvidase de tres palabras: Andrés – Carne – Res. Todo junto: Andrés Carne de Res. A cualquiera que se le diga eso, así, tal cual, no se le ocurre otra cosa que levantar una ceja. De perplejidad. Lo primero que pensé es que ahí se debía comer de coña. Y no iba desencaminado, me parece que no he probado mejor carne en mi vida. Y yo que creía que la ternera de Guadarrama era insuperable.

Al llegar a Bogotá hice lo lógico, arrimarme a los que ya llevaban un tiempo aquí. Mi compañero Miguel, Sergio, de la Cámara, y yo llegamos más o menos a la vez. Pero la gente del ICEX esté en Bogotá desde octubre, así que han sido nuestros guías, junto con una chica colombiana la mar de maja. Pero como no va a leer esto, que se dé por aludida, si quiere ;)

En fin, que nos dijeron que Andrés Carne de Res era visita obligada, que ya nos llevarían y ya repetiríamos nosotros a nuestra bola. Correcto. Doy fe. No puedo estar más de acuerdo. Aparte de ser uno de los restaurantes más famosos de toda Colombia, es un festival en si mismo. Fuimos el sábado nueve de febrero, así que ya he tenido tiempo de digerir la experiencia.

Empecemos por el principio. Andrés no está en Bogotá, está en Chía, la misma provincia que Bogotá, Cundinamarca. Se puede ir en bus, coche, a pata… no, a pata no… pero como lo normal es tajarse, se pueden alquilar buses que te llevan, te esperan, te traen y te hacen ronda cachonda a la vuelta. Cobrando un pastizal, claro. Además que el tráfico es una locura en esta ciudad, lo que sería un trayecto de 15 minutos largos sube hasta 45 sólo por tener que salir de Bogotá…

Pues ahí que nos subimos a las 17:30 de ese glorioso sábado, caminito de Chia. Aquí se cena pronto, pero a Andrés hay que ir aun más pronto, si quieres mesa. It sends eggs, ya que en Andrés caben 1500 personas, una al lado de la otra. Llegamos a eso de las 18:30, nos tomamos el primer roncito de la noche, por aquello de empezar flojo, y por fin nos dieron mesa. No os quiero decir lo hortera que es el sitio. Tanto que hasta es bonito, echadle un ojo a las fotos en Facebook.

Lo dicho, comí la mejor carne que he probado en mi p... vida. Acompañada de yuca frita, que para eso ya me pueden poner papas a lo pobre, y regada con excelentes caldos locales: ron viejo de caldas. Empezamos suaves, pues seguimos suaves. Terminamos, más o menos, porque aquí no hay guapo que termine un plato entero, y digo... ¿dónde se baila? Y entonces los colombianos que nos acompañaban dicen: ¡pues aquí! Entre mesa y mesa, bajo la mesa, sobre la mesa, en las sillas, en las esquinas, en el baño... y mientras tanto que corra el ron. Luego coincidió que había otros coleguillas en el garito... yo estaba en la mesa Rey (21) y ellos en la mesa Profundo (201), os podéis imaginar los paseos que me marqué, encima con las estreches del sitio.

Así hasta las 4 de la mañana (10 horillas largas de juerga et regocijo), en la que opinamos que el señor de la furgo lo mismo hasta estaba cansado. Me llevé una grata impresión, así como dos números de teléfono de un par de hermosas lugareñas que habrá que volver a ver. Si juntamos que estuve de juerga el jueves anterior hasta las 5:30 (a las 7 en pie para ir a la Ofecome) y que el viernes inauguré mi pisito estupendo, no os quiero decir el estado lamentable en el que me hallaba el lunes. Menos mal que el domingo sólo vi el partido del Madrid (7-0 al Villarreal) como previa a mi segunda visita a la plaza de toros de Santa María, toreaba Don José Tomás, leyenda viva donde las haya... unos señores mayores que estaban a mi lado se pusieron a hablar con nosotros y nos invitaron a una carnecita un día de estos.... ¡NO MÁS, POR FAVOOOOOOOR!

Con pan y vino se anda el camino, con vino sólo se da vueltas (Refranero Popular Español)

Un saludo/Rafa

lunes, 11 de febrero de 2008

A la cuarta va la llegada


Ya que empecé la primera entrada por el principio, seguiré en la cuarta por la llegada a las Américas, ¿no? Lo normal... después del pequeño kit-kat de la descripción de mi piso, que había que comentarlo al momento, me puedo dedicar a contaros como aterricé por estos lares y tal.

Algunos ya conocéis mi odisea para conseguir papeles. Más que nada porque no los conseguí, y no por culpa del consulado colombiano, sino del propio MAE español, que tenía retenido mi pasaporte diplomático. Por fin me lo dieron y decidí venirme de turista, ya que esperar al visado serían mínimo 10-14 días hábiles más. De hecho, ya me lo están tramitando en la Embajada de acá, así que no he hecho mal y todo, que cosas.

Un buen día de 24 de enero de 2008 salía mi avión, destino Bogotá, sin escalas, pero con 10 horas y media por delante de lenta agonía. A mi siempre me había gustado la T4, lleva varios premios por su diseño y se ha convertido en otro símbolo de Madrid. Ahora la odio un poquito... hasta la puerta R2 tuve que ir, que viene siendo donde Cristo perdió las alpargatas, porta trajes y portátil encima, cogiendo el trenecito y pateándome lo que parecía no acabarse nunca. Que pedazo de aeropuerto tenemos, a todo esto.

La verdad es que el servicio de Avianca está bastante bien, pero estos vuelos se hacen eternos. Me pusieron tres pelis, todas en inglés, de las cuales ni recuerdo el nombre, así como un capítulo de Smallville. Lo cual no he visto en mi vida, así que decidí saltármelo. Dormía, comía, me veía una peli, sacaba un libro, más comida (!!!?), volvía a dormir... el de al lado me hablaba y yo haciéndome el dormido... La azafata me ofrece un café, le pido un cortado y me mira como si viniera de Marte... El tio de mi lado, que era español casado con colombiana, se apiada de mi y me dice que para pedir un cortado se dice perico... y yo, a la azafata, que nada, muchas gracias, pero yo no consumo de eso.

A Dios gracias, al aeropuerto de El Dorado me vino a buscar un compañero de la Ofecome, Grego, gracias, majo. Antes de salir había que pasar por el control de inmigración, claro. El colega de la garita ni me miro el pasaporte. Os detallo la conversación:

El: ¿Español?
Yo: Sí, claro (pasaporte en mano)
El: ¿Cómo quedó Nadal?
Yo: Ha perdido con Tsonga, en tres sets (daba la casualidad de que terminando de empacar había visto la semifinal del Open de Australia)
El: ¡Vaya, me lo perdí! Bueno, siga.
Yo: Gra-gracias (pasaporte aun en mano... bueno, con un minisello)

Se ve que tengo cara de buena gente, porque si no... Me dirijo a por mis bártulos y al llegar a la cinta no hay pantalla de vuelo, para qué... había un cartel de cartón con el nombre de Madrid pintarrajeado. Y las maletas colocadas al lado. Que cosa más jarta, podía habérselo llevado cualquiera. Cojo mis 40 kilos de equipaje y tiro para la salida, pasando por el detector de metales, el escáner, y un militar que me pregunta cuántos dólares llevo. Y yo que para qué quiero dólares. Pues cuántos euros. Y yo que ninguno, ya cambié en Barajas. ¿Pesos? $160.000 (55 euros de nada). Pues siga, no se demore (!!!) Por fin salgo, sorteando a 15 porteadores, otros 15 taxistas que ofrecen sus servicios, y el del hotel que les da comisión, al verte la cara de pardo que indica: “Dónde carajo me habré metido”

Recordemos que aquí son seis horas menos. Si había salido de Madrid a las 15:25 y había volado durante diez horas y media, eran las dos de la mañana hora española, las ocho de la tarde, hora colombiana. Os podéis imaginar mi estado físico. Pero no te puedes ir a la cama, bajo riesgo de que el jet lag te vuelva loco de remate. Me llevaron a casa de mi compañero, dejé los bártulos y de ahí a cenar, algo típico colombiano: una pizza de pepperoni. Pero de Archie´s, en el Parque de la 93, que conste.

No podía con mi alma y al día siguiente había que estar a las 7 en pie para presentarme en la Ofecome. Buenas noches nos dé Dios, y parte en el Cielo. Amén.

Me gustarían las mañanas si comenzasen más tarde (Garfield)

Un saludo/Rafa

sábado, 9 de febrero de 2008

Matizando...


Bueno, bueno, bueno,

Sigo con mi piso, que estoy que no cag... Primera semanita completa en mi pisito estupendo. Está de coña, la verdad es que sí, pero bueno, no es oro todo lo que reluce. Os pongo una fotillo aquí y podréis ver más en Facebook.

Para lo que se paga aquí por un piso, es caro. Para el piso que es, donde esta y como esta, no me parece nada caro. Mis compañeros de oficina pagan algo parecido, viviendo solos y en pisos más pequeños. Así que en realidad pagamos una cosa normal por un piso de coña.

Fallo: es de dos alcobas, más la de servicio. Se nota que ahí vivía una familia: una alcoba es la principal, con una cama enorme, vestidor y el baño con jacuzzi. La otra... es la de los hijos. Es grande también y tiene dos camas individuales. Buscábamos un piso con alcobas similares, por aquello de compartir y tal, pero al ver este piso nos decidimos de inmediato. Nos vamos a turnar, un par de meses a uno le toca la buena y luego al otro. Aunque también dependerá del plan que cada uno tenga cotidianamente... en fin, que no es problema. Más problema es que las sabanas de las camas individuales son del Demonio de Tasmania... menos mal que me traje sábanas de casa.

Por otro lado, y aunque parezca de guasa, nos damos unos paseos interesantísimos por el piso. Te dejas algo en la cocina, o una luz encendida, o ya estas en tu alcoba... hala, a menear las piernas. Eso en un piso más canijo no pasa... pero bueno, compensa.

¿Qué no compensa? Ir a la compra. A mercar, como dicen aquí. Vamos a un Carrefour, no nos privamos de nada, y nos dejamos 200 pavos entre los dos. Pero es una compra tan normal como la que haría en España, no más, esperábamos que fuera bastante más barato. Pues no, resulta que aquí irte a comer de restaurante no es tan caro como ir a mercar, en proporción

Nos hemos quedado con la señora de la limpieza de los dueños. Nos aseguran que es de absoluta confianza, que se conoce la casa de arriba abajo, y que hace la mejor tortilla de patatas del mundo. Habrá que verlo. Por de pronto hoy me desayuno unos jugos (jugos, que no zumos) que se caga la perrina, como un campeón. No os digo lo que cobra porque hasta me da vergüenza.

Y poco más. Meteos en Facebook, echad un vistazo a las fotos y opinadme. Recordad que estáis todos invitados, así que no seáis malos.

La próxima entrada irá de mi llegada... o del partido de Millonarios... o de la corrida de rejoneo a la que fui el domingo... o de la marcha vs. las FARC, que no me la perdí. Tengo la marca de las gafas de sol en la cara para atestiguarlo, porque aquí el sol cae a pincho, anda que no. No me imagino en Tierra Caliente.

¡No olviden mineralizarse y supervitaminarse! (Super Ratón)

Un saludo/Rafa

viernes, 1 de febrero de 2008

Pisito estupendo

Hola, ¿cómo están? ¿Qué hicieron? Aquí el TIE rolo chévere, Don Rafael, reportando desde tierras del antiguo y glorioso Imperio Español.

Bueno, debería continuar por mi llegada a Colombia, mi adaptación y tal... ¡pero va a ser que no! Porque hoy, una semanita larga después de llegar, ¡he firmado mi piso! Me lo dan el domingo, pero no quepo en mi de la emoción. Además es un pisazo, a 10 minutitos andando de mi Ofecome y cerca, cerquita, de las zonas de papeo, jarreo y rumba. ¡Olé, olé y olé!

La idea, desde el principio, era compartir el piso con un chico de Asturias que está en mi mismo plan, con el Insituto de Desarrollo Económico del Prinicipado de Asturias, IDEPA. Antes de venir nos pusimos en contacto por mail y ya hablamos de que ninguno quería vivir sólo. El llegó el lunes, y el mismo martes nos pusimos a peinar la ciudad en busca de nuestro pisito estupendo. El miércoles fue el día de patearnos la calle, de visita en visita. Pero no tuvimos mucho que pensar, en cuanto vimos este piso supimos que era nuestro.

Entramos por la puerta, claro que sí, y lo primero que vemos es un piso de más de 150m2, blanco, blanquísimo, diáfano y precioso. El dueño es un escritor español afincando en Colombia, siendo su señora una funcionaria importante del Gobierno Uribe. A la señora la mandan de consul a Barcelona, asi que querían alquilar la casa. Estupendo. En estas va y nos suelta que el piso se queda vacío, porque se llevan todo en un contenedor a Barcelona. Mi gozo en un pozo. Le decimos que entonces no nos interesa, no nos vamos a poner a "amoblar" un piso para diez meses largos que vamos a estar aquí, y él contesta que todo se puede hablar, pero que tiene que consultarlo con su señora.

Nos vamos a ver más pisos y el adminsitrador, que había quedado en llamarme por la noche, me llama justo después de comer. Nos invita a pasarnos por su oficina, que tiene muy buenas noticias, no más. Y tanto, se ve que al paisano escritor le caímos bien, porque nos deja el piso, completamente amoblado, excepto por una tele de plasma enorme, por un modico suplemento de $500.000. Total del piso, unos $3.100.000, poco más de €1.000, fluctuando con el tipo de cambio, más gastos, entre dos. ¡Muy chévere! Y además le pienso pedir una copia de su libro, que tenía tropecientas en "mi cómoda"

Hoy mismo lo hemos firmado, el domingo nos dan las llaves y ya nos podemos mudar, que llevamos ya unos días en casa de nuestros compañeros de la Ofecome y yo creo que ya molestamos. El administrador, en un alarde de ironía, nos ha comentado que hasta el Consejero iba a tener envidia de nuestro piso. Si, bueno, no... algún dia os contaré lo que se dice que cobran los Consejeros.

El viernes inauguración, estais todos invitados :)

La fortuna favorece a los audaces (Virgilio)

Un saludo/Rafa