
Tengo un amigo colombiano que, aparte de apoyarme mucho para que viniera y decirme que se moría de envidia, me recomendó varios sitios. Para vivir, para salir, para comer… lo normal, si alguien viniese a España yo haría lo mismo. Poca gente vende mejor a
Entre otras cosas me dijo que no me olvidase de tres palabras: Andrés – Carne – Res. Todo junto: Andrés Carne de Res. A cualquiera que se le diga eso, así, tal cual, no se le ocurre otra cosa que levantar una ceja. De perplejidad. Lo primero que pensé es que ahí se debía comer de coña. Y no iba desencaminado, me parece que no he probado mejor carne en mi vida. Y yo que creía que la ternera de Guadarrama era insuperable.
Al llegar a Bogotá hice lo lógico, arrimarme a los que ya llevaban un tiempo aquí. Mi compañero Miguel, Sergio, de
En fin, que nos dijeron que Andrés Carne de Res era visita obligada, que ya nos llevarían y ya repetiríamos nosotros a nuestra bola. Correcto. Doy fe. No puedo estar más de acuerdo. Aparte de ser uno de los restaurantes más famosos de toda Colombia, es un festival en si mismo. Fuimos el sábado nueve de febrero, así que ya he tenido tiempo de digerir la experiencia.
Empecemos por el principio. Andrés no está en Bogotá, está en Chía, la misma provincia que Bogotá, Cundinamarca. Se puede ir en bus, coche, a pata… no, a pata no… pero como lo normal es tajarse, se pueden alquilar buses que te llevan, te esperan, te traen y te hacen ronda cachonda a la vuelta. Cobrando un pastizal, claro. Además que el tráfico es una locura en esta ciudad, lo que sería un trayecto de 15 minutos largos sube hasta 45 sólo por tener que salir de Bogotá…
Pues ahí que nos subimos a las 17:30 de ese glorioso sábado, caminito de Chia. Aquí se cena pronto, pero a Andrés hay que ir aun más pronto, si quieres mesa. It sends eggs, ya que en Andrés caben 1500 personas, una al lado de la otra. Llegamos a eso de las 18:30, nos tomamos el primer roncito de la noche, por aquello de empezar flojo, y por fin nos dieron mesa. No os quiero decir lo hortera que es el sitio. Tanto que hasta es bonito, echadle un ojo a las fotos en Facebook.
Lo dicho, comí la mejor carne que he probado en mi p... vida. Acompañada de yuca frita, que para eso ya me pueden poner papas a lo pobre, y regada con excelentes caldos locales: ron viejo de caldas. Empezamos suaves, pues seguimos suaves. Terminamos, más o menos, porque aquí no hay guapo que termine un plato entero, y digo... ¿dónde se baila? Y entonces los colombianos que nos acompañaban dicen: ¡pues aquí! Entre mesa y mesa, bajo la mesa, sobre la mesa, en las sillas, en las esquinas, en el baño... y mientras tanto que corra el ron. Luego coincidió que había otros coleguillas en el garito... yo estaba en la mesa Rey (21) y ellos en la mesa Profundo (201), os podéis imaginar los paseos que me marqué, encima con las estreches del sitio.
Así hasta las 4 de la mañana (10 horillas largas de juerga et regocijo), en la que opinamos que el señor de la furgo lo mismo hasta estaba cansado. Me llevé una grata impresión, así como dos números de teléfono de un par de hermosas lugareñas que habrá que volver a ver. Si juntamos que estuve de juerga el jueves anterior hasta las 5:30 (a las 7 en pie para ir a
Con pan y vino se anda el camino, con vino sólo se da vueltas (Refranero Popular Español)
Un saludo/Rafa
No hay comentarios:
Publicar un comentario