jueves, 15 de mayo de 2008

La Ciudad Heróica

Cartagena de Indias

Fundada en el año 1533 por el madrileño Don Pedro de Heredia, la ciudad fue fortificada durante los siglos XVII y XVIII con sólidas murallas y castillos para defenderla de piratas, corsarios y de ejércitos, que buscaban el saqueo de riquezas acumuladas por el comercio de valiosas mercancías y de esclavos. Su bahía albergaba los "Galeones de Tierra Firme" dispuestos a partir hacia España con la plata procedente del Virreinato del Perú. El imperio defensor de la Fe Católica estableció en Cartagena de Indias la sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición (1610). Cruentas batallas se dieron por su conquista. En algunas la victoria acompañó a los visitantes y en otras fueron repelidos, como ocurrió en la defensa que dirigió con gallardía el General Blas de Lezo frente a la imponente armada inglesa del Almirante Vernón (1741).

En el período republicano la ciudad perdió su primacía y derivó hacia una larga crisis que dura hasta principios del siglo XX. En la actualidad es una ciudad recuperada que recibe a miles de turistas, deseosos de conocer los escenarios donde protagonizaron páginas destacadas de su historia, personajes como la India Catalina, Francis Drake, San Pedro Claver, El Barón de Pointis, Blas de Lezo, Antonio de Arévalo, Pedro Romero, Simón Bolívar y Rafael Nuñez.

Centro de Formación de la Cooperación Española
Cartagena de Indias, AECI


La ciudad destila historia en cada esquina, calle y plaza, lo cual me parece estupendo, la mayoría sabéis que me encanta la historia. Hubiera sido mi carrera, pero mejor llenar la panza primero y luego dedicarnos a los placeres de la vida. Tenía muchas ganas de conocer la ciudad, más desde que me leí El día que España derrotó a Inglaterra, de Pablo Victoria, precisamente acerca del ataque inglés de 1741. Libro altamente recomendado por mi primo Kiko.



Como ya comenté hace unas cuantas entradas, el viaje fue algo accidentado. Esto es Caribe, señores, cuando llueve jarrea pero bien. El avión que venía de Cartagena se retrasó cosa de 40 minutos, retrasando nuestro vuelo. Al llegar a Cartagena, el avión, con el tren de aterrizaje ya fuera, acelera de repente, vuelve a meter las ruedas y nos llevan hasta Barranquilla, a 10 minutos, hasta que dejó de llover. Vaya susto. Total, teníamos que haber llegado a Cartagena de Indias el lunes 28 de abril a las 11 de la mañana y acabamos llegando a la una del mediodía.

Lo que hizo que el paseo por la city fuera más escueto de lo que yo quería. Y eso que andamos... Mar casi me mata. Merecía la pena: el hotel estaba en pleno casco histórico, dentro de las murallas de la city, que datan de la misma fecha que las de Cádiz, por lo que según Mar son muy parecidas. A mi me resultaron deliciosas, andar por la ciudad antigua (Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1984) es un placer y no hacía más que rememorar que esa ciudad antaño fue la joya de la Corona Española. Los ingleses atacaron precisamente para ahogar al Imperio Español, cortando la comunicación de Nueva Granada (Colombia) y el Virreinato del Perú con Nueva España (Panamá y México).

La armada que mandó Inglaterra fue la más grande que se recuerda, después del desembarco en Normandía. De hecho, tan seguros estaban los ingleses de tomar Cartagena que acuñaron monedas, con Blas de Lezo arrodillado ante Vernon, con la leyenda: "La soberbía española sometida por Vernon". Aun se conservan en el Museo Nacional de Bogotá y en Cartagena, pero, como la historia la escriben los vencedores, este capítulo lo han silenciado. Y Blas de Lexo cayó en el olvido, ninguneado por el Imperio Español, que para la época ya estaba en decadencia.

Durante la época colonial española fue uno de los puertos más importantes de América. De Cartagena salían las mayores riquezas que la Corona Española precisaba para el mantenimiento de aquella gigantesca empresa civilizadora, por rutas marítimas que terminaban en los puertos españoles de Cartagena, Cádiz y Sevilla. De Cartagena partían los galeones españoles con el oro y la plata de Perú hacia La Habana y de ahí a España. Por eso era blanco de piratas y corsarios, la mayoría de las veces a sueldo de las coronas francesa, holandesa e inglesa. Por eso la codiciaba media Europa y por eso mismo España mantuvo su hegemonía durante tres siglos...

A la vuelta de las Islas del Rosario, a las que ya dedicaré otro post, los amables lugareños que nos guiaban nos acercaron hasta Bocachica, el único acceso por vía marítima a la ciudad. Hay otro, Bocagrande, pero los españoles lo cerraron a base de piedras y argamasa para evitar la entrada de barcos enemigos. En Bocachica, que es más estrecho, se colocaba una cadena para hacer que los barcos encallasen, idea de Blas de Lezo, natural de Pasajes, Guipúzcoa, donde aplicaban ese método. Tiene unos 600 metros de ancho, y fue precisamente por ahí por donde atacaron los ingleses, se pueden ver los fuertes y la muralla perfectamente.



Rápido pero intenso. Yo creo que a Mar y Chema les gustó la ciudad, pero claro, apenas hubo tiempo de profundizar... ya volveré, me quedé sin subir al fuerte de San Felipe de Barajas, principal defensa de la ciudad, y eso no puede ser. Mar quería playa pero un poco de culturilla siempre viene bien. Me pasé tres días sudando, los tres días que estuvimos allí, porque el calor y la humedad de la ciudad no tienen nombre. En una semana que estuve por el norte apenas probé la carne, me dediqué al pescado, que falta me hacía.

Con los Austrias y con los Borbones
perdimos nuestras posesiones,
esto tiene que cambiar,
nuestros nietos se merecen
que la Historia se repita varias veces
(El Imperio Contraataca, de los Nikkis)

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