viernes, 27 de junio de 2008

I can´t with my life

Si me lo llegan a decir hace tres semanas, me hubiera partido la caja, pero además bien a gusto, que el chiste merecería la pena cosa mala.


Pero al que me vuelva a decir que ha salido bien no llevar a Raul le curto todo el lomo.

La vida es injusta. Cuando mejor estaba Raul, el maldito balón de oro se lo llevo Owen porque el Liverpool había ganado cuatro o cinco títulos. No le quiero quitar mérito a Owen, que es un jugadorazo, como ya demostró cuando pasó por el Madrid, pero incluso Totti dijo que era inexplicable. El mejor jugador español de la historia no va a ser reconocido internacionalmente, mientras notas como Benzema o Cristiano Ronaldo acaparan portadas sin haber ganado nada.

Soy el primero que opina que si estás en horas bajas, no debes ir a la selección. Cuando el Zapatones le dejó fuera me pareció una cosa normal. Cuando se recuperó, aunque no ha vuelto a ser el que era, y no creo que vuelva a serlo, y el viejo este que tenemos por seleccionador no se bajó del burro, lamenté el país de pandereta en el que he nacido. No sólo no se le va a reconocer internacionalmente, sino que el Ferrari, el que siempre tira del carro, el que nunca hace nada, tampoco va a ganar nada con la selección, ahora que un título, 44 años después parece posible. No creo que nada en el mundo le pueda hacer más ilusión.

En plena euforia, un post para el puto amo.

Cuando veáis a un soldado desaliñado, indisciplinado y sin afeitar, cuadráos. Es un héroe español (General Alemán Anónimo)

miércoles, 25 de junio de 2008

La alegría que nos quitó Cuatro

Por dar paso a la publicidad



Pero que asco que me da ese canal. Y eso que yo en Colombia lo vi todito, todo.

Bite my shiny metal ass!!! (Bender, robot borracho, ladrón y mujeriego de Futurama)

martes, 24 de junio de 2008

Se rompió el maleficio

España jugó mejor, a Italia le faltaban Totti y Pirlo (¿quién es Gatusso al lado de esos dos?), y por fin se decantó la balanza hacia el lado español, por primera vez en la vida.



No tengo palabras. En la vida el fútbol no es precisamente lo más importante, pero es una diversión la mar de sana que desboca pasiones, crea amistades y, en ocasiones, destroza matrimonios. Todos sabéis que soy incapaz de ver una tanda de penaltys, de España o del Madrid, así que os podéis imaginar como estaba ayer...



Si a eso le sumamos que la gente me hacía fotos por la calle... le puso un poco de color al asunto y acudí al Bogotá Beer Company, mi templo personal del futbol en Bogotá, con la camiseta de la selección, aquella que tiene 3 rayas amarillas sobre cada hombro... sí, hombre, la de la Eurocopa del 92 y clasificación para el Mundial del 94... la del gol de Hierro a Dinamarca... ¿no? Bueno, pues esa, y mi banderolo atado al cuello, a modo de capa. Reconozco que un poco pintoresco sí que era, pero tirarme fotos por la calle me parece exagerado. Eso sí, cuando me enteraba, sonreía y hasta posaba.

Ahora estoy acojonadito con Rusia. Y no porque sean mejores, que no lo son. Son mejores que en la liguilla, a base de ganar partidos se lo estan creyendo y eso tiene mucho peligro. Aunque más peligro tiene España, que una vez superados los cuartos puede que se piensen que ya está todo hecho...

Por cierto que ya sabemos who´s the best goalkeeper all over the world... ¿qué haremos cuando Casillas se retire?

Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, golpeado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa (Albert Camus)

lunes, 23 de junio de 2008

Deja vú

The other day I realized I didn´t post anything in English... and that´s a bad point, cause I´d love my Erasmus friends to read my blog, they also should know about my adventures in Colombia...

But, I had a reason to think about this. U know, a couple of years ago I was in Breda while Germany´s World Cup. Breda is quite a small and quiet city, I mean, there are few cars in the street, Dutchs are not noisy, ... till the World Cup was going to start. Suddenly, they coloured the street with their "oranje" style...


They became crazy. Really, it was even more amazing than Breda´s Carnival or Queen´s Day in Amsterdam. The streets were full of orange pennants, everyone was dressed in orange and u could find a Dutch flag almost in every single corner. I got used to see the Dutch Lion all over the city, and I really loved the situation.


OK, last week I went to see the match between France and Holland... and I felt like I had a deja vú, cause it was quite the same as in Breda. The Bogotá Beer Company was full of Dutchs, dressing in orange, jumping and shouting in their language, which is more like an infernal possesion rather than a language. Really, I got a bit depressed, everyone knows how much I liked my Erasmus with this people...


So, Perrine and ClaireA, excuse me, but I was supporting Holland... I met some people there and I went again on saturday to see the match against Russia with them. Now Spain has to beat Russia and to avenge my friends... hope so!

David, meet u in the Final!

By the way... ¡VIVA ESPAÑA! Affanculo Italia, 88 years later


España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura (Tercios Españoles durante la Guerra de los 30 años)

Which means... Spain my birthplace, Italy where I´ll become rich, Flandes (The Netherlands) where I´ll die (Spanish Soldiers during the 30 Years War)

jueves, 19 de junio de 2008

Gardfield - A way of life

Hoy, 19 de de junio de 2008, Garfield, uno de los gatos más famosos del mundo de los cómics y la animación, cumple 30 palos divirtiendo y criticando a toda una generación. Creado de la imaginación de Jim Robert Davis, un 19 de junio de 1978 haría su debut en 41 periódicos de Estados Unidos. El impacto fue tal que, cuando el periódico Chicago Sun Times canceló la publicación de la tira de Garfield, 1.300 lectores saturaron las líneas de la redacción pidiendo de regreso al comedor de lasagna más famoso del mundo.



Garfield tuvo su inspiración en los más de 25 gatos que tuvo Jim Davis en la granja en la que vivió su infancia. La historieta se burla de dueños de mascotas y de su relación con los animales domésticos, retratando a la mascota como el verdadero amo de la casa. Garfield también apela a su manera a problemas muy humanos, como las dietas, el odio a los lunes, la apatía, el fastidio, etc, ... En el caso de los gatos, no puede llevar más razón, y lo dice el orgulloso dueño de dos terroristas felinos.

No hay que confundir la pereza con la apatía. Nosotros los perezosos no somos apáticos. Los apáticos no se interesan por nada. Nosotros nos interesamos, pero no hacemos nada (Gardfield)

miércoles, 18 de junio de 2008

Me reivindico/justifico

Sólo por esto...



...Starbucks es mejor que Juan Valdez.

Y además... ¡iba yo de peregrino!

Al que no diga ¡OLE! que se le seque toda la hierbabuena (Chirigota gaditana)

martes, 17 de junio de 2008

Lo prometido es deuda

No había terminado de indicaros que Luchi estaba rumiando una nueva entrada que iba a dar qué hablar y la tronca ya se había puesto manos a la obra. Con la inestimable colaboración de Daniel Samper Pizano, colombiano afincado en España, y del que no sabemos nada de ná, más que le flipa tanto como a nosotros, pobres españoles resistentes en Bogotá, la degeneración onomástica que se está produciendo en Colombia, como puede leerse en el artículo que se adjunta.

Aviso: este post puede herir sensibilidades


¿Cómo se llamarán?

Después de ocho meses, la estupefacción sigue siendo la misma cuando conocemos a alguien y nos dice que se llama, por ejemplo, Leydi, o Lady, o Ladi. Y es que, los nombres en Colombia, no tienen desperdicio.

Imaginad que os llega un mail firmado por Yovany, Heiddy, Maritza, Diosa, Jeiver, Yazmin, o nuestro favorito: Usnavi. O que conocéis a alguien en un bar y resulta que se llama: Astrid (pero con acento en la i), Brisna Neira, Edwing, Eliana, Elysie, Jairo, Jhon o Yon, Martha, Mélida, Narda, o Plinio. Son sólo algunos ejemplos que han provocado risas y en ocasiones carcajadas entre los españoletes (denominación de origen por la que nos conocen por aquí).

Y, en medio de esta fascinación mía por las rarezas, me encuentro con un artículo fantástico, escrito por un colombiano:


"Yo había oído acerca de colombianos de las nuevas generaciones que fueron bautizados por sus padres con nombres extranjeros similares a Usnavy (que traduce Armada de Estados Unidos) o Westinghouse (conocida marca de electrodomésticos). Me pareció divertido, pero nunca lo tomé en serio. Ahora, cuando buscaba otra cosa, he podido conocer las listas de inmigrantes colombianos a España y descubrí que, al lado de los nombrecitos que se han tomado por asalto la vida real, Usnavy y Westinghouse parecen personajes del Quijote.

De pura verdad: se está cometiendo un cataclismo con los onomásticos colombianos. Influidos por la televisión y la prensa, mis compatriotas se han dedicado a nombrar a sus hijos y nietos con una ensalada de inventos angloides, nombres extranjeros mal copiados, ensamblajes de letras de apariencia foránea (X, Y, W, H intermedia, K) e insólitos homenajes a figuras efímeras de reinados de belleza y el mundo del deporte.

El resultado parece gracioso –y lo es– pero también es triste. Un mal entendido afán modernista impulsa a estos despistados padres a castigar a sus pobres hijos con nombres absurdos que, a la postre, les complican la vida, los ridiculizan y atascan los computadores: si hubo que reducir en el alfabeto castellano la ll y la ch por mandato de la informática, imagínense los extravíos y dificultades que presentarán estos nombres de ortografía peculiarísima, caprichosa y variable. Una Y que le falte o le sobre a Yesmystania y dejará de figurar para siempre en el censo.

Algunos ejemplos (mis favoritos resaltados):

Alterego (digno de cita con Freud)
Ardexon
Bressman
Davir Estiuar (con esta ortografía)
Dioseidi
Doriangrei (si Óscar Wilde viviera, no habría permitido que el personaje del famoso retrato se usara para golpear así a alguien)
Dubermay
Edimerki (homenaje a un ciclista europeo que nunca lo supo)
Elimec
Eisenjouer (¡Eijueldiablo!)
Espidy (sí, como Speedy González, el ratón de dibujos animados)
Exenover
Frankeinelty
Gislayner
Guiller Norvairon (menos mal es compuesto)
Haroleder (como don Harold, que era de apellido Eder)
Howard (pero, como es apelativo extranjero, le dicen por el segundo nombre: Navitfagith)
Jarley Estiven
Jhovainer
Jedhiar Nei (el irresistible encanto de las haches intermedias)
Kipler Fenerson
Parsifal (¡lo que puede un padre aficionado a la ópera!)
Quillerkid (en inglés, Niño Asesino)
Rasmilly
Resembrin
Seudix
Tiamefred
Venezolan
Wasminton
Willisford (dos marcas de automóvil distintas, una sola persona verdadera)
Wolkman (podría haber sido Hi Fi, o Equipodesonido, si el bebé hubiera sido un poco más grande)
Yilton
Yujad Alexis
Yuryin Albrin

No se rían. Asistimos a una devastación cultural. Una lengua no está compuesta solo de verbos, artículos, pronombres, conjunciones, proposiciones, adverbios y sustantivos comunes, sino también de sustantivos propios. De nombres. Pregúntenle a un novelista y les dirá hasta qué punto sufre un escritor para procurar a sus personajes nombres creíbles, reveladores, sonoros. Al tolerar el estallido de Yorfadys, Excimireys, Jonjilmeres y demás (todos los anteriores, insisto, son nombres de colombianos que viven en España), se está atentando contra la textura cultural, el espíritu, la estirpe y el casticismo de nuestra lengua.

Algunos países exigen que todo niño que se registre lleve un nombre propio de su idioma (antes, la Iglesia pedía un nombre del santoral, pero proliferaron los Ciriacos, Basilisas y Anastasias). Colombia debería estudiar alguna medida para racionalizar los nombres que portarán esos niños que han de ser el futuro de la patria, gloria misión contra la cual conspira la onomástica extranjerizante.

La libertad de los padres no puede llegar hasta el punto de descargar sobre sus vástagos semejantes gracias. Una cosa es nombrar un hijo, y otra es la afición a jugar con letras y palabras: que saquen crucigramas, hombre, o que aprendan Boggle, pero que no conspiren contra los indefensos muchachitos. Así como les está prohibido a los taitas apuñalar la oreja de un hijo por razones religiosas, sin que eso se entienda como un atentado contra la libertad de la familia, también debería estarles prohibido apuñalar el patrimonio espiritual del guámbito con un Wasminton, una Idirley o una Mitzidiane.

Entre una pequeña restricción destinada a defender los nombres castellanos y el formidable atropello que se perpetra contra la tradición, la prosodia y la fonética de nuestros nombres, es menos grave aquella."

Artículo: "Postre de Notas: ¿dónde se metió Brialeth?", de Daniel Samper Pizano


A mí, qué quieren que les diga, me asusta pensar en las posibilidades futuras si continúa esta tendencia absurda de nombrar a los niños según modas. ¿Cuáles serán los inventos del futuro? ¿Facebuks, Guguels, Aipods y Nokias? ¡Qué miedo!

Gracias, Rafa. Por tu ayuda, absolutamente imprescindible porque a mí ya no me conectan dos neuronas, a la hora de recopilar nombres. Y sobre todo sorprenderte tanto como yo con cada uno de ellos.


Un placer, por la parte que me toca. No es ni medio normal lo que le estan haciendo los padres colombianos a las generaciones futuras... En cada llamada que hago me toca repetir: Perdone, ¿me deletrea eso, por favor? No digamos ya cuando concierto una cita entre una empresa española, le comento al responsable el nombre de la persona a conocer en la empresa colombiana y me suelta un sonoro ¿estarás de coña?.


Añado ideas a los futuros nombres colombianos: Estarbucs, Aironman, Suach, Chelsi, Deivid Becan, Anyelina Yoli, Jaus, Greis Anatomi... y asin sucesivamente.

¡A la orden!

Yo no quiero juguetes que me enseñen a matar, yo quiero ser autodidacta (Miguelito, Mafalda – Quino)

lunes, 16 de junio de 2008

Cuando tiene la razón...

Pues hay que dársela.

Esta vez la entrada no es mía, es de Luchi, resistente (que no residente) en Bogotá (ver enlace a su blog abajo a la derecha). No puedo estar más de acuerdo, me he visto casi obligado a publicarla yo también:

Sentido común


Reconozco que soy una ferviente admiradora de algo tan rancio como las normas de educación. Me fascinan los registros, tanto lingüísticos, como comportamentales.

Me gusta conocer dichas normas, y también transgredirlas cuando la macarra que hay en mí necesita quejarse. Y por eso, en general, respeto que cada quién haga con ellas lo que quiera. Pero hoy necesito denunciar algo.

Señores, existe un conjunto de normas de conducta social que más allá de los protocolos, apelan al sentido común. Por ejemplo, eso de que hay que dejar salir antes de entrar. ¡Millones de veces habré oído esto!

Desde que estoy en Bogotá, todos los días aparece como un murmullo en mis labios, repetido de forma enfermiza como un hechizo, o un rosario de súplicas. Todos los días, y varias veces al día. Ha sucedido tantas veces en estos meses que ya es una imagen sintetizada en mi cabeza, como lo son las de las pesadillas recurrentes.

Estoy en el hall del edificio donde trabajo, espero que alguno de los tres ascensores abra sus puertas. Como un locutor en una carrera, varias pantallitas se chivan en rojo de cuál será el elevador que llegará antes. Mientras, varias personas se van acercando a las entradas de los elevadores. Se van apelotonando trabajadores, repartidores de cafés o comidas, mensajeros, técnicos del edificio, personal de seguridad... Y forman una masa compacta frente al rectángulo de la pared que se abrirá primero.

Yo me aprieto cada vez más contra la pared opuesta. Y si estoy acompañada susurro un "subimos en el próximo".

Las puertas se abren. El ascensor llega cargado de mensajeros, de trabajadores de las oficinas, de repartidores de cafés o comidas, personal de seguridad, técnicos del edificio... Es entonces cuando se produce el caos.

Los de dentro apenas se dejan salir unos a otros. Son un bloque de personas con los cuerpos todos juntos, todos mirando al exterior en la misma posición, y todos con un mismo objetivo: salir del ascensor, el primero si es posible.

Los del hall esperan. No están tan pegados como los otros, pero sí hay contacto entre ellos. Son más que los de dentro, y les miran de frente. También tienen un objetivo: entrar en el ascensor, lo antes posible, para no quedarse en el hall a esperar el siguiente ascensor. Son adversarios ofensivos, y mucho más feroces. No importa empujar, colarse de forma descarada, o taponar totalmente el acceso al ascensor desde la primera línea de avance. No importa tampoco impedir el paso a los de dentro, ya que la máxima es no perder el puesto que se ha ganado durante los minutos de espera.

Dejad salir antes de entrar, coño.


Espero que no me cobre derechos de autor... está rumiando otra entrada que dará que hablar y que yo parafrasearé en cuanto la vea... para algo estoy colaborando.

Me quito el cráneo (Andrés Vegas Díaz, Mr Varsovia 2008, también conocido como Rey del Mundo)

miércoles, 11 de junio de 2008

Felicidades, hermana

Ya eres una viejuna...



... pero no siempre se cumplen 30 años, así que...



... y que sean muchos más, que estás estupenda.

Te echo de menos, que lo sepas.

Los Dioses nos envidian porque somos mortales, porque cada instante que vivimos puede ser el último (Homero)

martes, 10 de junio de 2008

New York City Boy

Just came back, dudes!



No tengo palabras. Sólo puedo decir que NYC es de verdad, todo lo que se ve en las películas existe y no exageran ni medio pelo. Más bien se quedan cortos. Hay una escena de la Jungla de Cristal 3 en la que Bruce Willis levanta una rejilla de metro y salta sobre el techo del vagón... acostumbrado al metro de Madrid, que pasa por el 7º subsuelo, yo creía que era un poco fantasmada... pues va a ser que no, aquí el notas ha estado en una rejilla y viendo pasar el metro por debajo, apenas a 3 o 4 metros de mis pies.



Me he pasado la semana andando. Es una ciudad descomunal y, aun teniendo un metro estupendo, a la par que pintoresco, lo mejor es pasearse y romperse el cuello mirando los rascacielos. Desde Brooklyn a Harlem hay una cantidad ingente de cosas por ver, de fauna que admirar y de calles que recorrer y recordar. Brooklyn es como una peli de Woody Allen y Harlem, aunque está bastante mejor de lo que llego a ser, es de lo más pintoresco que he visto.



Me ha faltado el Bronx y Queens... según mi compañero de allí y sus amigos, no merecen demasiado la pena y estan donde Cristo perdió las alpargatas, así que tampoco me he perdido nada. También quería ir a Washington, a ver a mi amigo George Bush, pero son 5 horas de bus y tuve una serie de problemas logísticos al buscar el bus que me llevaba desde Chinatown...

Que envidia de país... siete banderas de los States en cada esquina, sin ningún tipo de pudor ni complejo. Todo lo contrario. Igualito que en España, vamos, que avergonzarse de nuestros colores está a la orden del día. En mitad del jaleo de Obama vs Clinton, la popularidad por los suelos de Bush y la incipiente crisis económica, lo que importa es la unidad.



Al que no haya ido, que vaya, la ciudad merece la pena y mucho. Es lo más heavy que he visto en mucho tiempo. Al que ya lo conozca... a puntito que he estado de quedarme ahí y dejar en la estacada a Colombia. By the way, y a riesgo de que mis amigos colombianos me destierren... ¡Starbucks es mejor que Juan Valdez!



IS BETTER THAN



TOGETHER WE STAND, DIVIDED WE FALL

lunes, 2 de junio de 2008

Greetings from NY

En la distancia... aprovecho para desmentir, a mi nadie me ha preguntado si vengo a cagarme al presidente.

Eso sí, que complicado es salir de Colombia y que chungo es entrar en los States. En Colombia tiré de mi "status de diplomáitco", pero en USA me hicieron sacar hasta una tarjeta de visita de la Oficina Comercial de la Embajada para que se creyeran que trabajo ahi...

Iba yo de peregrino...